Un día desesperada por los altos costos de viaje, me anime a publicar en un grupo de tráfico de Facebook, ¿alguien que quiera compartir costos de viajes? Surgió lo inesperado, algo así como cuando buscas trabajo esperando no encontrar. Luis, el contestó, inmediatamente nos pusimos de acuerdo por Messenger, intercambiamos números telefónicos, platicamos menos de dos minutos e inmediatamente «stalkee» su perfil. Le mande un «screen shot» a mi hermana diciéndole -me llevaré a este, sino aparezco es su culpa. Claro, asumiendo que el perfil fuera real.
Llegó la hora, arribó al punto acordado un personaje alto, «fortachon», a lado mío yo era una «pirinola» todo iba bien, nos presentamos, yo como de costumbre me fijaba en el reporte del tráfico, así que decidí tomar un atajo.
«When de repente» Luis comenzó a espantarse, sí ese hombre que de un golpe podría tumbarme tenía miedo de mi y he de confesar que yo de él. Sin embargo, por primera vez entendí que el pasajero también tiene miedo, pensaba que el temor sólo era del lado del conductor, pues es quien tiene el activo por así decirlo.
Una vez que salimos del atajo, y el recobró el aliento pues ubicó que ya habíamos vuelto al camino.
Fue la experiencia más agradable, platicamos como si nos conociéramos de toda la vida, como si hubiéramos vivido muchas experiencias juntos. Otro aprendizaje, el carpooling genera nexos y amistades.
Luis, mi primer desconocido. Siempre he dicho: -gracias a que Luis no me mató (broma) es que continúe con el carpooling.